¿Seguro que ese desarrollo digital hay que construirlo ladrillo a ladrillo desde cero? ¿Seguro que no se puede levantar con módulos prefabricados y construir sobre ellos? Aunque por inercia todavía (y en ciertos proyectos por obligación) se sigue programando mucho desarrollo desde cero, según Gartner en 2024 el 65% de todas las aplicaciones tecnológicas mundiales se desarrollarán a través de plataformas no/low-code.
Además los desarrollos tecnológicos apoyados en este tipo de herramientas pueden acelerar el producto hasta 10x. A veces no es necesario llegar con un transatlántico sino con una lancha motora.
Actualmente hay multitud de desarrollos que pueden llevarse a cabo gracias a Low-code, desde apps móviles, webs corporativas, aplicaciones internas, ecommerces o procesos de automatización. La madurez del ecosistema de plataformas ha eliminado las pocas dudas que podían quedar en términos de seguridad y rendimiento.
Aunque es cierto que estas plataformas facilitan y aceleran enormemente la creación de proyectos, también hay que explicar que su uso tiene una curva de aprendizaje, que según qué plataformas es más o menos elevada, y que sigue siendo muy recomendable el tener una buena fase de estrategia con el que localizar los objetivos del proyecto y afrontarlos de la manera más eficiente y usable.
Es crucial conocer estas plataformas para saber cuál es la que da mejor respuesta a las necesidades y poder exprimirlas al máximo. Este conocimiento también es necesario para localizar aquellas partes del proyecto donde el low-code no es nuestro aliado, y afrontarlas con desarrollo tradicional. La unión del low-code y el desarrollo tradicional permite aunar lo mejor de ambos mundos y poder abordar proyectos complejos de manera mucho más ágil y rápida.